SÍNTOMAS DE LA MENOPAUSIA Y REMEDIOS NATURALES

La menopausia es el momento de la vida de las mujeres en que la menstruación se detiene definitivamente y sucede entre los 45 y los 55 años, pero en un gran porcentaje de mujeres se da a los 50 años. Se trata de un fenómeno natural y ocurre cuando los ovarios detienen su secreción hormonal (estrógenos) y la formación de un óvulo cada mes. Se dice que una mujer es menopáusica cuando las menstruaciones desaparecen durante un año.

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Los problemas que genera la menopausia se dividen en dos tipos:

  • Síntomas: calores, sofocos, insomnio, cansancio, irritabilidad, etc.
  • Riesgo de ciertas enfermedades: osteoporosis, enfermedades cardiovasculares, etc.

La menopausia también puede ser precoz o secundaria. Si para la gran mayoría de las mujeres la menopausia es un proceso natural que se da alrededor de los 50 años, en otras puede surgir antes de los 40. En este caso hablamos de menopausia precoz, un fenómeno que alcanza al 1% de las mujeres.

Esta situación poco frecuente puede darse mayormente por anomalías genéticas que provocan el envejecimiento acelerado de los ovarios, el síndrome de Turner o algunas enfermedades autoinmunes. En el caso de las mujeres con menopausia precoz que no sufren de ninguna de estas anomalías, la causa es un misterio.

Síntomas de la menopausia:

  • Calores, sofocos.
  • Sudor nocturno.
  • Palpitaciones.
  • Trastornos del sueño.
  • Crisis de angustia.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Cansancio, fatiga.
  • Irritabilidad.
  • Pérdidas de memoria.
  • Cambios de humor.
  • Dolores articulares.
  • Cambios en la visión y en la salud bucal.

¿A qué se deben estos síntomas?

  • Calores
  • Sofocos
  • Sudor nocturno.

Entre el 60 y el 80% de las mujeres sienten estos síntomas que pueden empezar en la perimenopausia (período previo a la menopausia). También aparecen otros como transpiración excesiva, palpitaciones, angustia y ansiedad. Estos síntomas son bastante desestabilizantes para las mujeres y pueden durar de 1 año a 7 años. En algunos casos, aún más.

Los síntomas pueden aumentar con ciertos factores adicionales como la obesidad, el uso de ciertos medicamentos, los cambios de temperatura ambiente, las comidas demasiado condimentadas, el tabaco y el consumo de alcohol.

Recientemente, se descubrió que el origen étnico puede hacer alguna diferencia en estos síntomas. Las mujeres caucásicas y afroamericanas tienen más síntomas, mientras que las japonesas o chinas, tienen menos. Si los síntomas son muy molestos e interfieren con la vida cotidiana, es necesario consultar con un médico.

Aumento de peso:

A partir de los 45 años, las mujeres se quejan de un aumento de peso y de mayores dificultades a la hora de intentar perderlo. El metabolismo se hace más lento y la baja de estrógenos favorece la acumulación de grasas que particularmente se depositan en el abdomen.

De manera simultánea, hay un descenso de la actividad física y la carencia hormonal incrementa los impulsos alimenticios generando más deseos de alimentos dulces y grasos. Es habitual que durante este período se produzcan desajustes hormonales o de las glándulas tiroides que también contribuyen a incrementar el peso.

Cansancio:

Esta falta de energía genera más dificultad y esfuerzo tanto en lo físico como en lo intelectual. Las mujeres menopáusicas se quejan de estar cansadas, de no tener fuerzas y de sentir menos deseos de realizar cosas al igual que de no poder realizar las tareas más simples. También aparecen otros síntomas como la ansiedad, las dificultades de concentración, los cambios en el carácter y el sueño.

Insomnio:

Dos tercios de las mujeres durante este período presentan dificultades para dormir con una disminución del tiempo y la calidad del sueño. En general, suelen despertarse en medio de la noche además de que los sofocos y los calores pueden aparecer también en este momento del día, interrumpiendo de esta manera el sueño.

Es común que las mujeres nos detengamos precisamente en este momento a pensar en la vejez, las enfermedades, la familia y empezar a hacer todo tipo de evaluaciones de vida. Esto definitivamente contribuye a modificar de manera negativa los ciclos de sueño.

Depresión y cambios de humor:

La menopausia también genera depresión, porque las mujeres en este momento comenzamos a hacernos planteos y balances de lo vivido y a menudo esto se transforma en una depresión por sentirnos poco motivadas, melancólicas o con la idea de que somos inútiles. Las mujeres que han sido siempre frágiles psicológicamente o emocionalmente suelen sentir de manera mucho más intensa la depresión.

Las hormonas femeninas están unidas a los centros nerviosos y regulan nuestro humor. Es así que tendemos a deprimirnos o a ponernos más sensibles durante los ciclos premenstruales y, en la menopausia, estos síntomas se incrementan.

Disminución de la libido:

La mitad de las mujeres manifiesta una reducción de la lubricación vaginal, responsables de las molestias al momento de mantener relaciones sexuales al igual que de una reducción de la sensibilidad clitoridiana.

Tres de cada cuatro mujeres notan una baja del deseo a partir del momento en que se detienen las menstruaciones.

Muchas hormonas entran en juego durante este proceso y la baja de estrógenos incide sobre la atracción y la disminución, e incluso; la caída de la lubricación vaginal durante las relaciones sexuales.

Cambios en la visión y en la salud bucal:

A medida que envejecemos y junto con los cambios hormonales, nuestra visión y nuestra salud bucal también se ven afectadas; en particular, con la movilidad de los dientes. Para esto, sólo nos queda el asesoramiento de oftalmólogos y odontólogos.

¿Cómo aliviar estos síntomas?

Lo mejor es consultar con un médico. Un ginecólogo indicará si es necesario seguir algún tratamiento o brindará la información necesaria para ayudarte a transitar este momento. Pero podemos darte algunos consejos naturales para ayudarte a aliviar los síntomas.

  • Procura beber líquidos frescos, pero no helados. Recuerda que no se recomienda beber o consumir alimentos demasiado fríos o demasiado calientes.
  • Viste ropa ligera o en varias “capas”, que te resulte fácil sacarte algo o volvértelo a poner, porque pasado el sofoco, es posible que vuelvas a tener frío si hace frío.
  • Abre ventanas y puertas cada varias horas para que circule y se renueve el aire.
  • Duerme en una habitación oscura y silenciosa.
  • ¿Tu pareja ronca? Utiliza protectores para atenuar los sonidos externos.
  • Evita la cafeína y las comidas pesadas, sobre todo en la cena.
  • Evita televisión o pantallas de dispositivos al menos 2 horas antes de irte a dormir.
  • Haz una lista de las cosas que quieres hacer al día siguiente. Te ayudará a no pensar en eso a la hora de dormir.
  • Practica yoga, meditación o control de la respiración.
  • En caso de piernas pesadas acompañadas de dolor, utiliza medias de descanso para mejorar la circulación de la sangre. Consulta con un flebólogo.
  • Consume alimentos sanos, frutas, verduras y carnes magras. Descansa la cantidad de horas necesarias y realiza actividades que te brinden placer.