SÍNTOMAS DE LA DIABETES

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Los primeros signos y síntomas de la diabetes pueden ser leves y ser ignorados. Algunas personas pueden padecer la enfermedad de forma casi silenciosa durante varios años, para descubrirla accidentalmente a través de análisis de sangre solicitados por algún otro motivo.

Los que nunca se someten a la prueba pueden descubrir la enfermedad mucho más tarde, cuando ya hay síntomas graves causados por daños en órganos como los ojos, los riñones, los nervios, el corazón o la piel.

En este artículo sólo hablaremos de los síntomas iniciales de la diabetes, aquellos que sirven de aviso sobre la posibilidad de la existencia de la enfermedad. No hablaremos de los daños en los órganos diana causados por la hiperglucemia a largo plazo.

Tampoco hablaremos de la prediabetes, que es una fase en la que los niveles de glucosa en sangre están por encima de lo normal, pero aún no son lo suficientemente altos como para caracterizar a la diabetes. Le sugerimos que lea el resto del artículo, donde tenemos información más detallada sobre los síntomas de la diabetes.

Signos y síntomas de la fase inicial de la diabetes

Los 10 signos y síntomas más frecuentes de la diabetes en su etapa temprana son:

  1. Poliuria (orinar todo el tiempo).
  2. Polidipsia (sensación de sed excesiva)
  3. Cansancio y falta de energía
  4. Pérdida de peso
  5. Polifagia o hiperfagia (hambre frecuente)
  6. Visión borrosa.
  7. Curación lenta.
  8. Infecciones frecuentes.
  9. Mal aliento
  10. Cetoacidosis diabética

Exceso de orina:
La micción excesiva, llamada en medicina poliuria, es uno de los primeros signos de la diabetes. En condiciones normales, no hay glucosa en la orina, ya que toda la glucosa que llega a los túbulos renales se reabsorbe de nuevo a la sangre. Como no es posible orinar azúcar puro, el riñón necesita disolver la glucosa para quitarla. Por lo tanto, mientras mayor sea la glucemia (concentración de glucosa en la sangre), más fuerte será la glucosuria (pérdida de glucosa en la orina) y mayor será el volumen de orina producido durante el día.

Sed excesiva:
Como hemos mencionado anteriormente, la persona diabética orina de sobra. Como resultado, acaba perdiendo más agua de la que se supone, deshidratándose. Como la sed es el principal mecanismo de defensa del organismo contra la deshidratación, no es de extrañar que los diabéticos necesiten beber más agua de lo habitual. El paciente bebe mucha agua, pero como la glucosa se mantiene muy alta en la sangre, no deja de orinar todo el tiempo.

Cansancio:
La fatiga crónica es otro síntoma común de la diabetes y se produce debido a dos factores:

a. Por deshidratación, cuyo mecanismo se explicó en el tema anterior.
b. La incapacidad de las células para recibir glucosa.

La glucosa es la principal fuente de energía de las células; Es el combustible de nuestro cuerpo. Como las células reciben menos glucosa de la necesaria, el organismo en su conjunto produce menos energía, lo que provoca síntomas como cansancio y sensación de falta de energía.

Pérdida de peso:
La pérdida de peso es un síntoma muy común en la diabetes de tipo 1. También puede darse en la diabetes de tipo 2, pero no es tan frecuente.

La insulina es también la hormona sensata del acaparamiento de grasas y de la síntesis de proteínas en el organismo. Como en la diabetes tipo 1 hay ausencia de insulina, el paciente deja de almacenar grasa y de producir músculo. En resumen, el cuerpo sin insulina no genera músculo ni grasa y sigue necesitando consumir las reservas existentes.

Como en la diabetes de tipo 2 hay insulina circulando en la sangre, estos efectos son menos evidentes. En general, el paciente con diabetes tipo 1 es delgado y el paciente con diabetes tipo 2 tiene sobrepeso u obesidad.

Hambre excesiva:
Como las células no pueden conseguir suficiente glucosa para producir energía, el cuerpo interpreta el hecho como si la persona estuviera en ayunas. El cuerpo necesita energía y la única forma que conoce de obtenerla es a través de los alimentos.

Visión borrosa
La visión borrosa es un síntoma muy frecuente de la diabetes. El exceso de glucosa en la sangre hace que el cristalino del ojo se hinche, cambiando su forma y flexibilidad y disminuyendo su capacidad de enfoque, haciendo que la visión sea borrosa. La visión suele volverse borrosa cuando la glucosa en sangre es muy alta y vuelve a la normalidad una vez que la diabetes está controlada.

Deterioro de la cicatrización:
El exceso de glucosa en la sangre, cuando se produce de forma crónica, provoca numerosas alteraciones en el funcionamiento del organismo. La dificultad en la cicatrización de las heridas se debe a una disminución de la función de las células responsables de la reparación de los tejidos, a una disminución de la proliferación celular y a la dificultad para generar nuevos vasos sanguíneos.

Infecciones:
La diabetes también provoca alteraciones en el sistema inmunitario al modificar el funcionamiento de las células de defensa. El diabético puede considerarse un paciente inmunodeprimido y tiene un mayor riesgo de desarrollar infecciones, en concreto, infección urinaria, infecciones cutáneas, candidiasis y neumonía.

Mal aliento:
Como la insulina es deficiente, las células no reciben cantidades adecuadas de glucosa y deben utilizar las reservas de grasa del cuerpo como fuente de energía. La descomposición de las grasas genera tres sustancias conocidas como cetonas o cuerpos cetónicos: β-hidroxibutirato, acetoacetato y acetona. El mal aliento en los pacientes diabéticos también puede estar causado por una infección de las encías o los dientes, que es más frecuente en los diabéticos que en la población general.

Cetoacidosis diabética:
La cetoacidosis diabética es una complicación de la diabetes de tipo 1 y suele ser el primer signo de la enfermedad. La cetoacidosis diabética es una emergencia médica y suele producirse cuando los niveles de glucosa en sangre superan los 500 mg/dl.

Los signos y síntomas más comunes de la cetoacidosis son náuseas, vómitos, dolor abdominal, confusión mental, postración y dificultad para respirar.